miércoles
Pensé que había más para
mi. Algo mejor. Algo que no me destruyer. Debo estar destinada a ser auto
destructiva, a acabar conmigo, lenta y masoquistamente. Volver a la anorexia y
la bulimia no es fácil pero no es como si no recordara como se hace, como se
engaña, como uno aísla el sentimiento y se mueve por inercia, por simple odio a
la vida y a los que siempre te dicen que estas gorda, a los que te dejan cuando
la situación se pone mal, a los que desaparecen cuando se los necesita. No puedo
seguir negando que me odio y que cada día que me miro al espejo, sólo me
encuentro un poco más fea que el día anterior. No puedo soportar perder a nadie
más, a robarme el alma, a criticar mi cuerpo y destrozar mis esperanzas. No
puedo luchar más. Lamento mi debilidad, pero lo que más lamento sobre todo lo
demás, es que a nadie le importe mi dolor, porque debe ser insignificante mi
papel en las vidas ajenas, para que cada vez más personas que quiero me dejen
afuera de ellas. Prometí ser fuerte, pero ya no tengo fuerzas. Si nadie me
agarra, caeré.